jueves, 27 de septiembre de 2012

juan manuel de rosas

Hola lectores!!! Les recordamos que nos mudamos a www.posteandohistoria.com.ar.

Hoy como todos los jueves los invito a leer un nuevo post. Esta vez me vestí de rojo punzó porque el post está dedicado a Don Juan Manuel de Rosas, "mi amor imposible".

http://posteandohistoria.com.ar/don-juan-manuel-de-rosas-el-mas-lindo/

Lic. Alicia Di Gaetano

jueves, 20 de septiembre de 2012

NOS MUDAMOS!!!!

¡¡¡BUENAS LECTORES AMIGOS!!!



¡QUEREMOS AVISARLES QUE "POSTEANDO HISTORIA" SE MUDA!

TENEMOS UNA WEB PROPIA, NUEVITA, ENTRETENIDA, FÁCIL Y CON UN MONTÓN DE NOVEDADES!!!

Los esperamos desde ahora en www.posteandohistoria.com.ar


SALUDOS A TODOS Y GRACIAS POR LEERNOS Y APOYARNOS DURANTE TODO ESTE TIEMPO Y HACER POSIBLE QUE SIGAMOS CRECIENDO!!!



¡POSTEANDO HISTORIA!

Alicia Di Gaetano
Diana Fubini
Andrea Manfredi

jueves, 13 de septiembre de 2012

RE BILLIKEN EL TEMA


Cuando le comenté a una colega que iba a escribir sobre esto su comentario fue “Re Billiken el tema” y entonces pensé para mis adentros “¡Pasar de escribir sobre la vida de Isabel I a escribir sobre las 7 Maravillas del Mundo! Sí, re Billiken…” Pero ¿quién no zafó en la primaria recortando la imagen de Sarmiento para pegar en el cuaderno y copiando toda la información para escribir una redacción sobre el Día del Maestro?

De todas maneras me gustaría explicarles el por qué de la elección de este tema. Tengo algunos recuerdos muy lindos de cuando era chica de mis primeros acercamientos con la historia, por ejemplo la primera Muy interesante que me compré contaba la historia del descubrimiento de la Tumba de Tutankamon y me encantó, tengo también la imagen de mi abuelo contándome y actuando la historia del Imperio Romano o por ejemplo recuerdo leer una National Geographic que me encontré en algún lugar con la historia de la Muralla China. Sin embargo, el primer recuerdo que tengo es el de una enciclopedia que se ve que mis padres me habían comprado cuando yo era todavía bebé, de varios tomos, en italiano y uno de ellos era sobre historia. El segundo capítulo del libro se llamaba “Le 7 meraviglie del mondo” y no me pregunten por qué, pero yo sentía fascinación por esas imágenes, por las historias, me pasaba horas leyendo e imaginando esos monumentos en esos lugares remotos. Creo que ahí nació mi  amor por la historia y por eso no puedo dejar de dedicarle unos párrafos.

El tema puede ser muy “Billiken” pero yo se los cuento igual y para hacerle honor a tan útil y rememorada revista, ¡prometo imágenes y muchas!

En el Siglo II a.C. el poeta griego Antípatro de Sidón escribió sobre algunos monumentos de la época que debían ser visitados y reconocidos como ejemplos de belleza y como producto del genio del hombre: “He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enorme obra de las altas Pirámides, y la vasta tumba de Mausoleo; pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, esos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: aparte que desde el Olimpo, el Sol nunca pareció jamás tan grande”. (Antología Griega (IX.58).  Así nacieron las 7 MARAVILLAS DEL MUNDO, un conjunto de monumentos tan impresionantes e imponentes que ningún ojo humano debía morir sin conocer y cuya historia fue pasando de generación en generación y llegó a nuestros días entre el mito y la realidad.

Si hubiera sido un ateniense muy rico y hubiera querido jactarme de conocer las 7 maravillas del mundo habría iniciado mi viaje por mar partiendo de Atenas y cruzando el Mediterráneo camino hacia Alejandría en Egipto. Llegando a las riveras del delta me habría recibido una enorme torre de mármol blanco del siglo III a.C. ubicada en la isla llamada “del Faro”. Habría visto con mis propios ojos la construcción más alta hecha por el hombre hasta el momento y tal vez habría tenido suerte de llegar a la ciudad de noche y así habría podido observar la hoguera que se prendía en la parte más alta de la torre cuando oscurecía para ubicar a los navegantes.


El Faro de Alejandría sobrevivió a la antigüedad pero sufrió importantes daños producto de dos terremotos en los años 1303 y 1323 que lo dejaron casi en ruinas. En el siglo V los bloques que habían sobrevivido se reutilizaron para la construcción de un fuerte y así el faro desapareció por completo.


Después de pasar unos días en Alejandría habría seguido mi camino en una barcaza por el Nilo hacia el sur en dirección a los desiertos de Egipto en búsqueda del gigante de Giza, la Gran Pirámide. Sabría que fue construida para y por el faraón Keops como su morada para el descanso eterno ¡hacía ya más de dos mil años! (circa 2570 a.C.). Parado en la proa de la barcaza habría visto aparecer imponente en el horizonte primero la punta y luego el cuerpo de un edificio de piedra caliza blanca y resplandeciente de forma triangular de dimensiones astronómicas y seguramente me habría preguntado (como seguimos haciendo hoy) cómo hicieron para construirla tantos años atrás. Estaría ansioso por contemplar ese monumento de cerca y de paso ver las otras dos pirámides y por qué no la esfinge.

La Gran Pirámide de Giza es la más antigua de las 7 Maravillas y la única que llegó a nuestros días. Ya en la Grecia antigua la Pirámide era foco de admiración por lo complejo de su construcción, por ser un monumento funerario y porque ya en ese entonces, la cultura egipcia, que contaba con más de dos mil años de historia, despertaba fascinación entre los modernos de la época.

La tercera parte de mi viaje habría sido realmente engorrosa pues habría tenido que realizar una larga travesía por tierra para llegar a Babilonia, donde se dice que estaban los jardines colgantes construidos por Nabuconodosor II para demostrar su amor a su esposa Amytis y para recordarle las montañas de su tierra natal en contraposición con la planicie de Babilonia. Habría podido contemplar el palacio real de donde brotaba una tupida selva que colgaba de las paredes y que podía verse desde muy lejos.

Los Jardines colgantes de Babilonia datan del siglo VI a.C. Las fuentes babilónicas de la época no hacen mención alguna de dichos jardines y a pesar de que el geógrafo griego Estrabón realizó una descripción bastante detallada de ellos “… consta de terrazas abovedadas […] pilares cúbicos […] árboles de gran tamaño […]” los hallazgos arqueológicos no han podido probar la real existencia de los mismos, su existencia se considera “probable”. Esta es una de las maravillas que pulula entre la historia y el mito.

Ya de regreso a mi tierras el viaje se habría tornado más ameno ya que las próximas tres paradas estarían muy cerquita entre sí en las costas orientales del Mar Egeo. Primero habría navegado hasta la isla de Rodas para ser recibido en la entrada del puerto por el enorme coloso de bronce de 30 metros de altura con una pierna apoyada en cada parte del muelle. Habría pasado por debajo con la barcaza y seguramente me habría sentido diminuto ante tamaña reconstrucción del dios Helio, protector de la ciudad.

El Coloso de Rodas fue construido en 292 a.C. por el arquitecto Cares de Lindos que aparentemente al pasar el presupuesto se equivocó al calcular la cantidad de materiales que necesitaría y terminó en la ruina y finalmente se suicidó. La leyenda dice que el coloso tenía una pierna en cada orilla del muelle y que las embarcaciones pasaban por debajo pero estudios actuales consideran que de ser así se habría hundido por su propio peso. Se tiene una vaga idea de su apariencia real por representaciones de monedas de la época. Otras teorías afirman que el coloso se encontraba dentro de la ciudad. Sólo 66 años después de su construcción el coloso fue derribado por un terremoto y fue dejado allí tendido hasta que se utilizó el bronce de la carcasa para otro fin.

Desde Rodas habría regresado al continente y me habría dirigido hacia Halicarnaso para conocer el famoso Mausoleo construido en honor a Mausolo, rey de Caria. Muy probablemente habría comparado esta tumba con la Gran Pirámide como dos maneras muy diferentes de descansar eternamente, aunque, habría pensado, el Mauselo no tenía nada que envidiarle a la gigante de Giza. Habría bastado alzar la vista y contemplar la cuadriga lideradas por el rey y la reina en lo alto del monumento para sentirse extasiado con tan bella construcción de puro mármol blanco.

Aparentemente Mausolo es solamente conocido por la construcción de su Mausoleo en Halicarnaso, que se terminó en 350 a.C. Después de haber sobrevivido a las invasiones y saqueos, entre ellos de Alejandro Magno, fue destruido por un terremoto en 1404. En el subsuelo se encontraron las tumbas de los reyes pero que lamentablemente habían sido saqueadas. Algunas partes que se salvaron se pueden ver hoy en el Museo Británico de Londres.

Habría seguido luego hacia el norte, a Éfeso, para rendir culto a Artemisa en su gran templo de columnata blanca e infinita, como se hacía tiempo atrás en que la gente de toda Grecia viajaba a esa ciudad para adorar a la diosa representada en una estatua de dos metros de madera revestida en oro y plata.

El Templo de Artemisa fue destruido también por motivos naturales, en este caso por un incendio en 356 a.C. Hoy en día se conoce con bastante certeza su imagen real por las descripciones detalladas del autor latino Plinio el Viejo.

Finalmente regresaría a Atenas porque como todo griego que se preciara de tal seguramente ya habría realizado en algún momento la peregrinación hacia la ciudad de Olimpia, muy probablemente para los Juegos, para adorar al rey del panteón, Zeus. Imposible olvidar la enorme estatua de marfil de doce metros de altura con detalles en oro macizo, sentado cómodamente en su trono con una Niké (la diosa de la victoria) en una mano y su cetro en la otra.

Al igual que con el Coloso de Rodas, sólo se conoce la imagen de la Estatua de Zeus a través de monedas de la época y de una descripción escrita por Pausanias. Aparentemente todo el monumento era una real obra de arte de mármol, oro, ébano y piedras preciosas. En Olimpia se llevaban a cabo los Juegos Olímpicos (de donde provienen los JJOO modernos) cada cuatro años que eran, más que un encuentro deportivo, uno de los eventos religiosos más importantes del mundo griego antiguo, y era nada más y nada menos que la adoración de Zeus. La estatua fue destruida  dentro del marco de la eliminación de los cultos paganos luego de que el Imperio Romano se convirtiera definitivamente al cristianismo.




Siéntanse libres de cortar y pegar lo que necesiten en caso de que algún hijo/ sobrino/nieto tenga que hacer una redacción para el colegio, estas fueron Las 7 Maravillas del Mundo en “Modalidad Billiken”.

Bibliografía

Bravo Gonzalo, Historia del mundo antiguo. Una introducción, Madrid, Alianza Editorial, 1998
James Peter y Nick Thorpe, Il libro degli antichi misteri. uno straordinario viaggio negli enigmi della storia dell'umanità, Milan, Gruppo Editoriale Armenia, 2000

Imágenes extraídas de:

-          Grabado de Zeus, Autor: Maarten van Heemskerck: http://es.wikipedia.org/wiki/Estatua_de_Zeus_en_Olimpia

-          Monedas Faro de Alejandría: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:PhareAlexandrie.jpg?uselang=es

-          Faro de Alejandría: http://pinake.wordpress.com/2011/07/20/el-faro-de-alejandria/

-          Gran Pirámide de Egipto: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pyramide_Kheops.JPG?uselang=es

-          Mausoleo de Halicarnaso: http://trianguloequidlatere.blogspot.com.ar/2011/02/el-mausoleo-de-halicarnaso.html

-          Coloso de Rodas, Autor: Marten van Heemskerck: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Colossus_of_Rhodes.jpg?uselang=es

-          Templo de Artemisa: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Miniaturk_009.jpg?uselang=es

-          Jardines colgantes de Babilonia: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hanging_Gardens_of_Babylon.jpg?uselang=es

jueves, 6 de septiembre de 2012

Las raíces africanas del Nuevo Mundo

Hacia el siglo XV, los africanos del Cinturón del Sudán (divide a África más o menos por la mitad, de este a oeste) ya habían establecido rutas por donde comercializaban desde marfil, sal y oro hasta esclavos. A través del tráfico trans-sahariano, el metal precioso producido por los africanos llegaba a la codiciosa Europa. Para proteger estas rutas y evitar que los Tuaregs y otros piratas atacaran a las caravanas, los pobladores de aquellas zonas se fueron militarizando. Pero como la explotación minera, al igual que la agricultura, necesita de una importante cantidad de mano de obra, los Estados militarizados más fuertes como los Oyo Yoruba, Bankongo, Ashanti Akan e Ibgo, juzgaron que sus débiles naciones vecinas podían ser esclavizadas, convirtiéndolas en mano de obra barata. Este fue el sistema de esclavitud del que se valieron los europeos para traer africanos al Nuevo Mundo.

A mediados del siglo XV, se produjo la revolución tecnológica marítima desarrollada por portugueses y españoles, seguida por holandeses, ingleses y franceses, que pusieron en contacto continuo a Europa, África y América, para desgracia y exterminio de aborígenes africanos y americanos. Ya en el 1500, los portugueses explotaban cultivos de azúcar en la isla de Sao Thome (África occidental), aprovechando la mano de obra provista por el Congo, que a fines del siglo XVI extendieron al Brasil. Este cultivo que fue introducido entre 1640/1660 en las Antillas por los holandeses comenzó a desarrollarse también en Jamaica y Haití. A los cultivos de azúcar pronto le siguieron los de arroz, tabaco y más tarde algodón que fue ampliamente explotado por los británicos en lugares como Carolina del Sur (EEUU). Como estos cultivos requerían trabajo intensivo, los indios proporcionaron mediante trato inhumano una forzada mano de obra, pero no fue suficiente. Primero porque la agricultura de las plantaciones era una experiencia nueva para ellos y segundo porque las enfermedades introducidas desde el Viejo Mundo diezmaron las poblaciones aborígenes. Cuando los ambiciosos portugueses y españoles descubrieron oro y plata en Brasil, México y Perú, la necesidad de mano de obra se agudizó. Entonces, los europeos volvieron sus blancos rostros de frías miradas al África, donde sus habitantes de pieles oscuras y miradas asustadas tenían experiencia en plantaciones agrícolas y en minería, y ya habían adquirido inmunidad frente a las enfermedades europeas por haber estado en contacto con los blancos.

Hacia el siglo XVI el tráfico de esclavos en el Atlántico había encadenado a gobernantes africanos con brutales tratantes europeos. Antes de ser trasladados al Nuevo Mundo, los esclavos ya habían atravesado varias naciones en manos de mercaderes africanos que los intercambiaban en las costas por caracoles, tejidos, alcohol y armas de fuego. Los negros estaban completamente indefensos ante los insensibles y arrogantes europeos que estaban convencidos de que las naciones africanas no tenían leyes que merecieran su respeto. Ante la indiferencia de los amos, la mortalidad infantil entre los pequeños negros que eran transportados al Nuevo Mundo era altísima. Las esclavas siempre terminaban perdiendo sus embarazos, sea porque eran expuestas al salvajismo y la crueldad del trabajo en exceso o porque ellas mismas se practicaban abortos para evitar que sus niños nacieran en estado de esclavitud. Esta falta de niños que crecieran como esclavos para ser explotados, hizo que la migración forzada desde África fuera en aumento hasta el siglo XIX.

Sea por cuestiones económicas, religiosas o humanitarias, los colonos españoles, británicos, portugueses o franceses dispensaron distinto trato a los esclavos en el Nuevo Mundo. En la América Hispánica podían adquirir su libertad mediante una “carta de libertad” extendida por sus amos o comprarla mediante un “rescate”. Las restricciones que la ley les imponía eran: no salir de noche, no llevar armas ni tener indios o indias a su servicio, ya que según la Real Cédula del 14 de noviembre de 1551 “…muchos negros tienen a las indias por mancebas o las tratan mal y oprimen”. Los matrimonios entre españoles y negras o mulatas estaban permitidos y sólo se limitaron cuando varios oficiales de alta graduación comenzaron a casarse con sus esclavas. Las negras y las mulatas casadas con españoles podían usar “zarcillos de oro con perlas y una gargantilla” como las blancas. Los negros formaban parte de los regimientos, compañías y batallones españoles, (sólo en caso de defensa) y su valentía no pasaba desapercibida a la corona: la Cedula de Felipe IV de 1623 ordenaba a los gobernantes en América que “Los morenos libres […] que todas las veces que hay necesidad de tomar las armas para la defensa proceden con valor, y respetan los puestos señalados por los oficiales de guerra arriesgando sus vidas haciendo lo que deben en buena milicia […] deben ser muy bien tratados por los gobernadores, castellanos y capitanes generales, pues están a su cargo”.

Buenos Aires ya contaba con sus propios negros que, a decir de los viajantes de la época eran muy bien tratados, cuando en 1713 Gran Bretaña obtuvo de su entonces aliada España, mediante el Tratado de Utrech, un privilegio conocido como “Asiento de negros” por el término de 30 años. Entonces la corona española abrió el puerto de Buenos Aires y la británica Compañía del Mar del Sur que se instaló en la zona del Riachuelo, se encargó del desarrollo del Asiento en el Río de la Plata. Los barcos negreros que arribaban al puerto de Buenos Aires eran controlados por las autoridades españolas y para evitar que ingresaran epidemias, un cirujano determinaba cuales negros podían bajar del buque, mientras que los demás eran sometidos a cuarentena. Todos eran marcados a fuego en la frente o en la espalda. El Asiento permitía el ingreso de 1.200 negros anuales por el Puerto de Buenos Aires, de los cuales 400 partían a Chile o a las provincias del Norte.
Además de tener un lugar en la milicia colonial, los negros introdujeron su propio espacio en los gremios. En Buenos Aires, en 1794, los maestros zapateros pardos y morenos solicitaron permiso para establecer un gremio “pues en el formado por los españoles e indios, con cofradía y estatutos y aprobado por el virrey, se excluye […] a los de color pardo”. Durante las Invasiones Inglesas las milicias porteñas, que lucharon con tanta firmeza contra los británicos, constituyeron con los negros y los indios el Batallón de Castas que durante la Revolución de Mayo se convirtió en el aguerrido y valeroso Regimiento de Pardos y Morenos que participó en la gesta independendentista. En una carta del 24 de septiembre de 1814 que el Director Supremo Gervasio Posadas le dirigiera a San Martín, donde nombra a los jefes y los cuerpos militares que envió para las Campañas en Chile, menciona: “Cazadores, de Igarzabal, el Nº 9, de Pagola aumentado con los prisioneros de Montevideo, el Nº 6, de Soler aumentado con negros”, y agrega más adelante: “Vamos ahora a ver lo que nos queda para hacer frente a la señora España: los Granaderos de Infantería, los de a caballo, los Dragones de Rondeau, y Negros Nº 10, de Holmberg que guarnecen a Montevideo y su campaña: y en Buenos Aires, solo queda el Nº 3 de French, el Nº 8, Negros de Balvastro, unos pocos artilleros, y los 200 hombres de guardia al mando de Larrea”. El 12 de mayo de 1816, el General San Martín le manifestaba en una carta al Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo que “El mejor soldado de infantería que tenemos son los negros y mulatos; […] por esta razón hay que formar un ejército [con ellos] no hay más arbitrio que el de echar mano de los esclavos”. Al respecto, el Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, le escribió al General San Martín lamentando la falta de dinero, pero celebrando la buena voluntad de Cuyo “en la dación de esclavos”, a los que “puede Ud. ir formándolos en el manejo de armas y movimientos”. En mi opinión, esto demuestra la confianza que nuestros próceres depositaron en los negros, ya que si hubieran pensado en que los iban a traicionar, no les habrían entregado armas ni tampoco los habrían entrenado para la guerra. Esto indicaría que no hubo dentro de la milicia independentista diferencias raciales, como sostienen algunos mitos que quizá confunden nuestra guerra de Independencia con la guerra civil de EEUU, donde el racismo llegó a extremos de sancionar leyes para discriminar a los ciudadanos afroamericanos.
 Según varios investigadores, la mayoría de la población original del territorio argentino compuesto por indios, negros, mulatos, mestizos, blancos, etc., se fundió con el aluvión inmigratorio llegado a nuestras tierras entre mediados del siglo XIX y principios del XX, razón por la cual la composición étnica en nuestro país se fue haciendo cada vez más compleja. Hoy, gracias al pincel de Cándido López, artista y soldado de la Guerra de la Triple Alianza (1865/1870) entre Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, aún podemos observar a esos valientes negros que llenos de coraje lucharon en una y otra facción. Por suerte, en muchos barrios todavía resuenan como ecos de aquellos tiempos coloniales los tambores del candombe, que en el año 2009 fue inscripto para ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Lic. Alicia Di Gaetano

Bibliografía y Fuentes

  • Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Ministerio de Educación de la Nación. Instituto Nacional Sanmartiniano y Museo Histórico Nacional, Tomos II (1812-1815) y III (1815-1816), Buenos Aires, Talleres Gráficos E.G.L.H o/J.S. Litvack, 1954.
  • Okon Edet Uya, Historia de la Esclavitud en las Américas y el Caribe, Argentina, Claridad S.A., 1989.
  • Rosenblat, Ángel, La población indígena y el mestizaje en América, Tomo II, Argentina, Nova, Biblioteca Americanista, 1954.
  • http://www.histarmar.com.ar/InfHistorica-3/EsclavaturaPtoBsAs.htm 
Imágenes

http://www.wargamez.com.ar/foro/historicos/la-guerra-de-la-triple-alianza-guerra-contra-el-paraguay-503.html
http://www.taringa.net/comunidades/ejercito-argentino/3287624/Argentina_-Regimientos-Historicos-_Parte-2_.html

sábado, 1 de septiembre de 2012

La actriz argentina que fascinó al Führer


Imperio Argentina. Seguramente, si escuchamos este nombre alguien diría que hay un error de semántica o tal vez que en algún momento de sus años por el secundario se le pasó por alto algún capítulo de la historia argentina. Sin embargo, Imperio Argentina fue el nombre de la actriz y cantante argentina Magdalena Nile del Río, nacida en el emblemático barrio de San Telmo el 26 de diciembre de 1906, hija del guitarrista de origen gibraltareño Antonio Nile y de la actriz malagueña Rosario del Río. Los aires artísticos caracterizaron a esta familia por lo que no resultó extraño que el debut de la pequeña Malena, como así la llamaban, fuera a los cuatro años en el café bonaerense Armonía, donde recibió como premio por su actuación, una leche merengada. A partir de entonces, su gran carrera, que involucró a grandes actores, países y continentes, continuó hasta sus ochenta años, recibiendo toda clase de elogios a su persona, belleza y actuación.

Magdalena debió su nombre artístico al dramaturgo español y premio Nobel de la Literatura, Jacinto Benavente, quien maravillado por la joven, declaró que cantaba tan bien como la cantante y bailaora sevillana Pastora Imperio y bailaba tan excepcionalmente como Antonia Mercé, apodada “La Argentina”.

En su gran abanico de actuaciones encontramos más de veintidós películas mudas y sonoras. Estudiosa de las danzas españolas, debutó en el Teatro Romea de Madrid en 1924 y a partir de ese momento no dejaron de arribarle nuevas propuestas. Entre ellas, La hermana San Sulpicio de 1927 del cine mudo, basada en la novela de Armando Palacio Valdés, Corazones sin rumbo de 1928, El profesor de mi mujer, Su noche de bodas, dirigida por Louis Mercanton y Florian Rey con la cual obtuvo un gran éxito, y El Cliente seductor, en 1931, con el inolvidable Maurice Chevallier.

Como si fuera poco, el sello cinematográfico Paramount le aseguró la participación en dos películas junto a su compatriota Carlos Gardel: La casa es seria y Melodía de arrabal, ambas de 1932 y que le aseguraron el éxito en las pantallas norteamericanas, si bien sus dos grandes éxitos fueron con su ex marido, el director español Florián Rey: Morena Clara y Nobleza baturra, de 1935. También participó de grandes éxitos discográficos con Libertad Lamarque y Gardel con el que grabaría en su memoria la canción Caminito Campero. En su repertorio existen variedad de tangos arrabaleros, habaneras, valses criollos, canciones y melodías cubanas, además de música española.

 Uno de los capítulos más trascendentes de Imperio Argentina la vincula  directamente con Hitler y el III Reich quien quedó maravillado por el encanto, dotes y belleza de la actriz. Su fascinación llegó hasta tal punto que quiso imponerla como modelo de la raza aria luego de que la actriz alemana Marlene Dietrich abandonara Alemania en disgusto con el régimen.

Imperio se hallaba trabajando en París junto a su marido, el director Florián Rey o Antonio Martínez del Castillo, cuando estalló el golpe militar del 18 de julio de 1936 en España que dio inicio a la Guerra Civil. El matrimonio había sido contratado por los hermanos Casanova, dueños de la firma CIFESA (Compañía Industrial de Film Español, S.A.) quienes ante los hechos acontecidos, decidieron culminar con sus actividades en la capital francesa. Así, Florián e Imperio, faltos de oportunidades laborales, decidieron viajar a Cuba donde Norberto Soliño, agente de CIFESA en ese país y presidente del Centro Gallego de la Habana, los invitó para realizar una gira artística. De esta manera, Imperio siguió cosechando admiradores en todos los rincones por los que pasaba como lo demuestra la revista Film Kurier de Berlín la cual coincidió con la codiciada actriz en la Bienal de Venecia, atribuyéndole nada más que loas a su persona. Se ve que la misma fue leída por el Ministro de Propaganda del Tercer Reich, el Dr. Joseph Goebbels quien no dudó en transmitírsela a su Führer. El deseo inmediato de ambos fue conocer a la actriz argentina por lo que la mandaron a llamar.

Es sabido que la colaboración entre la España franquista y la Alemania nazi fue intensa en aquellos años. La carencia de estudios cinematográficos en territorio español durante la Guerra Civil fue visto como una oportunidad excelente para Goebbels quien no dudó en traer al país a artistas españoles entre los años 1937 y 1939 para rodar largometrajes propagandísticos y comerciales en ambos idiomas que facilitaran la penetración del cine alemán en España e Hispanoamérica. Así nació en septiembre de 1936 la productora Hispano-Film-Produktion (HFP)

La fascinación que tanto Franco y sus seguidores como Hitler y Goebbels experimentaron por la actriz argentina, le ocasionaría incomodidades y enemistades en el futuro. Sin embargo, su nombre pesó más que su experiencia falangista y así pudo sobrevivir a las malas críticas.

A los pocos días de haber llegado a la Alemania nazi la actriz y su marido fueron recibidos por el Dr. Goebbels quien les transmitió la fascinación que el Führer sentía por ella. En la reunión se discutió el hecho de que el objetivo principal de la llegada de Imperio al Tercer Reich sería filmar la vida de Lola Montes o Montez, una mujer irlandesa rebelde y de avanzada que fascinaba a Hitler. La idea era situar a este personaje en la realidad del momento, convirtiéndola en instrumento de propaganda del régimen hitleriano. Imperio y Florián tuvieron una entrevista privada con Hitler donde este le manifestó su encanto por ella además de comentarle que había visto tres veces, en su sala de proyecciones de la Cancillería, las películas Morena Clara y Nobleza baturra. Hitler les aseguró que fue en ese momento donde nació su deseo de traer a la actriz al país para que trabajaran por la cultura española. Su intención era primero que rodaran Carmen y luego Lola Montes. El matrimonio estuvo de acuerdo salvo en dos cosas: la primera, ellos siendo extranjeros eran los menos indicados para hacer propaganda política nazi, y la segunda, Lola Montes no era un personaje conocido en España por lo que la intención de presentarla como modelo de rebeldía no tendría frutos. Pero si intentaban con otra mujer más popular, Carmen, el éxito sería asegurado. De esta manera comenzaron los preparativos para rodar Carmen, la de Triana de Prosper Mérimée, lo que convirtió a Imperio Argentina en una de las actrices más reconocidas de la UFA (Unifersum Film Aktiengesell Schaft), la compañía de cine alemana, junto con otras colegas como la española Estrellita Castro, que también se encontraba en Alemania, y la actriz alemana reconocida internacionalmente, Marlene Dietrich con quien se le adjudicó una relación amorosa, desmentida totalmente por la argentina.

Adolfo Hitler quedó tan maravillado por la belleza de Imperio que no sólo la consideró, como ya se mencionó, el ejemplo viviente de la raza aria sino que también le propuso realizar más películas. Así se filmaron Der barbier von Sevilla (El barbero de Sevilla) en 1938 y Hinter haremsgittern (La canción de Axia) al año siguiente, anticipando el final de su relación con Florián.

Muchas opiniones alrededor del globo coinciden en que el viaje de la actriz al Tercer Reich se debió también a la intención de Hitler y Goebbels de seducirla. Argumento que no sería extraño para este último ya que era famoso por escoger a sus amantes entre las artistas reconocidas, como el caso de la actriz checa Lida Baarova quien llegó a ser espía de la Gestapo. Lo cierto es que en cierta ocasión, Imperio fue invitada por el Dr. Goebbels quien había preparado un encuentro a solas con el Führer en el Reichstag o Cancillería del Reich, pero para no grata sorpresa de ambos, ella asistió con Florián, insistiendo enérgicamente que había llegado a Alemania con su marido y que debía ser anunciada como su esposa. Años más tarde, admitiría que Adolfo Hitler quiso convertirla en su amante. Vale la pena destacar que su paso por el Tercer Reich y su directa vinculación con estos dos personajes fue llevado a la pantalla por el cineasta David Trueba con La niña de tus ojos (1998), donde Penélope Cruz interpretó a Imperio.

La actriz siguió trabajando para la Alemania nazi pero un episodio del régimen cambió su rumbo. El 9 de noviembre de 1938, hubo un estallido de violencia que traspasó las fronteras y pasó a la historia como Reichskristallnacht o “La noche de los cristales rotos”, donde las camisas pardas, las SS y las SA, destrozaron sinagogas, cementerios y vidrieras de los comercios judíos. Imperio, que se encontraba en Berlín, fue testigo de ese brutal momento. Se dice que decidió hacer sus valijas y partir luego de ir a visitar a su sombrerera de origen judío y encontrarla muerta junto a su marido.

Los años siguientes fueron muy difíciles debido al  rechazo que le generó su actuación y contactos en el Tercer Reich. Si bien durante la década de los cuarenta trabajó en una serie de películas como Los majos de Cádiz y Lo que fue de la Dolores, no fue sino hasta la década siguiente que pudo desprenderse del “mal sabor” que había generado en muchos su vinculación con los nazis.

Ya a sus noventa años publicó sus memorias bajo el título Malena Clara, recibió la medalla de honor de la Universidad Complutense de Madrid y el título de “ciudadana ilustre” en Buenos Aires. La flamante actriz dejó los escenarios y este mundo el 22 de agosto de 2003 en Benalmádena, España, donde cuatro años antes había obtenido la ciudadanía española.

Lic. Andrea Manfredi

 

Fuentes:

-       Goebbels, Imperio Argentina y la Noche de los Cristales rotos en “La niña de tus ojos” en: <www.historiaaportodas.blogspot.com.ar>

-       Imperio Argentina y los nazis. Historia social del cine en España. El cine a través de sus documentos. En: <www.ediez-historiasocialcineespana.blogspot.com.ar>

-       Biografía de Imperio Argentina en: <www.cosasdelcine.es>

-       Imperio Argentina en: <www.biografiasyvidas.com>

viernes, 24 de agosto de 2012

LA INGLATERRA DE GLORIANA – CAPÍTULO 2: LA OTRA REINA



Si todavía no leíste el primer capítulo hacé click ACÁ!


Enrique VIII, el padre de Isabel, había tenido dos hermanas mujeres, Margarita y María que tuvieron cada una su descendencia. Según las leyes de sucesión, si Enrique no hubiera tenido hijos entonces los siguientes en la línea para heredar la corona habrían sido los hijos de Margarita, la mayor, y luego los de María, la menor. Sin embargo, Enrique sí había tenido hijos y ellos habían heredado, primero Eduardo, luego María y ahora Isabel.
Isabel llegó al trono con la intención de quedarse porque se consideraba hija legítima de Enrique VIII.  Sin embargo, la legitimidad, la religión y su soltería, fueron tres temas que llevaron a algunos personajes de la realeza y de la nobleza a cuestionar su derecho al trono y a reclamar su lugar como soberanos.

María Estuardo
Había tres pretendientes que tenían, por consanguineidad, después de Isabel, derecho al trono de Inglaterra:

1) Por un lado estaba María Estuardo, nieta de Margarita, la hermana mayor de Enrique VIII y por si fuera poco hija del rey de Escocia, Jacobo V;






2) Por el otro estaban Catalina y María Grey, nietas de María, la hermana menor de Enrique.

María Grey

Catalina Grey

Estas tres mujeres reclamaron en algún momento el trono inglés. En cuanto a María Grey, aparentemente sufría de enanismo, malformaciones y tenía la espalda encorvada, por tanto para esas épocas era una candidata muy poco popular. Catalina Grey por su parte cometió el error de casarse sin el consentimiento de Isabel por tanto cuando esta lo supo la hizo encarcelar y allí permaneció hasta su muerte a los 27 años. A todo esto se sumaba que María y Catalina eran hermanas de Juana Grey, la famosa “reina de los 9 días” que había sido utilizada para destronar a María Tudor (hermana de Isabel) y por tanto Isabel las “miraba torcido desde el vamos”.
Con las Grey fuera de la escena, la única que tenía todavía posibilidades de reclamar era María Estuardo y aunque en su momento Enrique VIII había excluido a los Estuardo de la sucesión mediante un Acta, ésto no impidió que María reclamara lo que ella consideraba que le pertenecía.

María nació el día de la Virgen en 1542 y fue la única hija sobreviviente del rey Jacobo V de Escocia y al morir él prematuramente se convirtió en reina de Escocia con sólo 9 meses de edad en 1543. Por supuesto que al ser menor de edad María gobernó con una regencia, es decir que otras personas gobernaban por ella hasta su mayoría de edad. Primero, el regente fue James Hamilton III y en 1554 la madre de María, María de Guisa, se hizo con el poder y gobernó hasta su muerte en 1560.
María y Francisco coronados reyes de Francia
Cuando tenía sólo 5 años se iniciaron tratativas con Francia para casar a María con el Delfín, el futuro rey Francisco y así, en agosto de ese año, una flota francesa se llevó a la pequeña reina al continente mientras su madre quedaba al mando del gobierno. María y Francisco se casaron en 1558, ella tenía 16 años y él 14. Al año siguiente el rey Enrique II murió y así Francisco y María se convirtieron en reyes de Francia. 

Sin embargo, dos años después, en 1560, su marido Francisco II murió repentinamente por una infección producida por una otitis y como no habían tenido hijos la corona francesa pasó al hermano menor de Francisco, Carlos IX, y María, sin tener mucho qué hacer en Francia regresó a Escocia a recuperar su corona en 1561.
Cuando llegó a su país encontró al pueblo dividido por la religión, la eterna lucha entre católicos y protestantes. Por un lado, estaba ella a quien apoyaban los católicos y por el otro su hermano ilegítimo, Jacobo Estuardo I, a quien apoyaban los protestantes. Pero para desilusión de la facción católica María no se terminó de jugar por ellos y decidió tolerar el orden protestante establecido y hasta mantuvo a su hermano como consejero real.

María y Enrique Estuardo
María era todavía muy joven cuando regresó a Escocia y a diferencia de su prima Isabel, como ya veremos en los próximos capítulos, era una mujer que disfrutaba de la compañía de los hombres, que deseaba estar casada y hasta podría decirse que necesitaba un hombre a su lado. Por eso en 1565 se casó con Enrique Estuardo, Lord Darnley, que al igual que ella, y como solía ser en las casas reinantes en la que estaban todos emparentados, era descendiente de Enrique VII y además católico. Este matrimonio tuvo dos consecuencias muy importantes: Por un lado, la facción protestante se enardeció al ver a su reina que no sólo era católica sino que ahora se casaba con un católico. Esto llevó a una rebelión liderada por su hermano que fue finalmente aplacada por María. Por el otro, se ganaron la ira de Isabel que al saber del matrimonio puso el grito en el cielo, porque Estuardo era un noble inglés y por tanto sólo ella podía dar su consentimiento para el matrimonio. Pero ¿Cuál era el verdadero problema de fondo para Isabel? Nada más y nada menos que un hijo de María y Enrique Estuardo tendría un fuerte derecho no sólo a la corona escocesa obviamente sino que también al trono inglés, por la sangre de María y también por la de su esposo. Recordemos que Isabel se negaba a casarse y por ende no tenía hijos que la heredaran, la perspectiva de un niño con cualidades perfectas para heredar era el mayor peligro para nuestra reina.

En 1566 nació el primer y único hijo de María y Enrique Estuardo, Jacobo, en el Castillo de Edimburgo, y para esas fechas iniciaron los problemas en la pareja real. Estuardo comenzó a presionar a María para que esta le cediera el título de “rey” y producto de los celos asesinó frente a María a su secretario personal con quien pensaba que ella tenía un amorío. Esto provocó la ruptura definitiva de la pareja y curiosamente tiempo después, mientras Estuardo se recuperaba de una enfermedad, posiblemente sífilis, la casa donde este reposaba explotó y el rey consorte fue hallado muerto en el jardín aunque se dice que su cuerpo mostraba señales de estrangulamiento.

En 1568 María volvió a contraer matrimonio con Jacobo Hepburn, IV Conde de Bothwell, a quien se consideró siempre autor del asesinato de Estuardo. Una vez más los lores se levantaron en contra de la reina y a pesar de que Maria acató las ordenes de los rebeldes aun así fue encarcelada y finalmente obligada a abdicar a favor de su hijo Jacobo que tenia apenas un año. María logró escapar del castillo donde la tenían cautiva disfrazada de lavandera y tras sufrir una nueva derrota militar huyó a Inglaterra donde fue apresada por oficiales de Isabel en el Norte.

Retrato de María durante su cautiverio
Seguramente María pensó, aunque erróneamente, que Isabel la habría ayudado a volver a Escocia para imponerse como su soberana, pero, lamentablemente, se equivocó. ¿Por qué? Por un lado, la facción protestante había finalmente vencido en Escocia y esto beneficiaba o por lo menos dejaba muy tranquila a Isabel y bajo ningún concepto habría ayudado a María a recuperar su corona y que esta encima restaurara el catolicismo. Por otro lado, a la reina de Inglaterra le convenía que la única persona con derecho real a su trono estuviera en sus manos y que no pudiera desde Escocia reclamarle nada. Había sin embargo otro problema que nuestra protagonista tenía que tener en cuenta. Al igual que había pasado con ella cuando su hermana María Tudor había sido reina, hoy María Estuardo podía transformarse en el objetivo de aquellos lores que querían ver a Isabel humillada y sin su corona, lo más probable es que María se convirtiera en el centro de futuros complots, como después sucedió. Por esto, y muy por el contrario a lo que María esperaba, Isabel la encerró y la mantuvo cautiva durante 18 años.

Si tuvo María, en un principio, intenciones de complotar en contra de Isabel no se tiene certeza absoluta, sin embargo, lo más probable es que no haya sido esa la idea original. Pero a medida que pasaban los años María se dio cuenta de que si no hacía nada iba a permanecer presa durante toda su vida pues la reina de Inglaterra no tenía intenciones de ayudarla.
Tres fueron los complots en los que se implicó a María y que las redes de espionaje de la reina desmantelaron. Primero se dio el Complot del Duque de Norfolk por el cual se intentó casar a María con el lord más adinerado de Inglaterra con lo cual, si había hijos, el reclamo al trono inglés habría sido extremadamente fuerte; luego el Complot Throckmorton que buscó destronar a Isabel y poner en su lugar a María y finalmente el Complot Babington del cual se piensa que si bien conocía de su existencia, ella nunca participó, aunque aparentemente se halló una carta donde daba su consentimiento para asesinar a Isabel.
A todo esto se sumó el hallazgo de las llamadas “cartas del cofre” donde según las investigaciones de la época María quedaba comprometida en el asesinato de su segundo marido, Enrique Estuardo (el que había explotados por los aires).

Si bien el Parlamento inglés había presionado a Isabel desde el minuto cero para que juzgara y condenara a María, la reina no podía evadir el hecho de que su prima era también una reina, ungida por Dios, que las dos eran pares y que por tanto no podía decidir sobre su vida o su muerte. Los años pasaron y los complots, verdaderos o no, se sucedieron uno tras otro hasta que Isabel no pudo evitar más tomar una decisión, cosa que le costaba muchísimo, pues se caracterizaba por la indecisión, y en esta cuestión fueron 18 años de dudas.
María era una reina y allí yacía el conflicto. Finalmente, luego de mucha presión Isabel decidió que se iniciara una investigación por el asesinato de Estuardo y por eso fue llevada a juicio donde las famosas cartas del cofre fueron utilizadas como pruebas. María declaró que como reina soberana no estaba obligada a obedecer las leyes inglesas ya que ella sólo respondía a Dios. Sin embargo, y a pesar de las dudosas pruebas en su contra, María fue hallada culpable por el asesinato de Enrique Estuardo, su segundo marido, y por su implicancia en el complot Babington. Se dice que Isabel sufrió muchísimo al firmar la Orden de Ejecución.
María fue decapitada el 8 de febrero de 1587 y murió como una mártir católica. Su muerte tuvo consecuencias importantes para el reinado de Isabel, pero eso lo veremos en los próximos capítulos.

A la muerte de Isabel, que murió sin hijos, la sucedió el hijo de María, Jacobo, que unificó Escocia e Inglaterra bajo la misma corona. De esta forma, la dinastía Tudor desaparecía y la Estuardo se preparaba para reinar sobre Inglaterra.

Tumba de María en la Abadía de Westminster donde la hizo colocar su hijo Jacobo luego de ser coronado rey de Inglaterra a la muerte de Isabel

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Lic. Diana Fubini

Bibliografía

Rex, Richard, Elizabeth I, Londres, Tempus, 2003
Lee, Stephen J., The reign of Elizabeth I 1558-1603, Routledge, 2007
Ridley, JasperThe Tudor age, Londres, Robinson, 2002
Weir, AlisonHenry VIII. King & court, Londres, Vintage, 2008

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