jueves, 8 de diciembre de 2011

La compasión en los tiempos de la viruela

Desde siempre las pestes y las enfermedades acompañaron a la humanidad. La viruela que surgió aproximadamente en el año 10.000 a.C., fue una de las causantes de la devastación de poblaciones enteras. Esta infección que afectó durante milenios a los europeos, desembarcó en América con los conquistadores y se instaló asolando pueblos completos de indígenas. Esta es una historia de compasión y de héroes desconocidos, que hacen la diferencia en la Historia de la humanidad.

Las primeras noticias de los estragos que produjo en nuestro continente la viruela son del año 1520, durante el sitio de Tenochtitlán donde, al igual que entre los incas, causó un colapso demográfico. La viruela se contagiaba de persona a persona, por contagio directo a través de  los fluidos corporales infectados. Los indígenas americanos rápidamente entendieron que la fase contagiosa comenzaba cuando había fiebre muy alta (+39°) y que la etapa más ponzoñosa se presentaba cuando la erupción en forma de pústulas brotaba en la persona infectada: primero en la lengua y en la boca y 24 horas después en todo el cuerpo. La persona contagiaba la enfermedad hasta que se caía la última costra.

A principios del siglo XVI los jesuitas arribaron a nuestro territorio y por el Río de la Plata se desplazaron hasla la actual provincia de Misiones donde iniciaron las primeras reducciones. En 1729, el padre jesuita Cayetano Cattaneo se dirigía a las misiones en compañía de otros sacerdotes y de aborígenes cristianizados. Viajaban en balsas, sentados muy cerca uno del otro cuando, estando a 300 millas de Buenos aires y a otras tantas de su destino, se produjo una epidemia de viruela.

Los indígenas en su sabiduría ya conocían que para evitar el contagio, cuando uno de sus miembros se infectaba, “lo abandonaban dejándole una vasija grande con agua y un cuarto de buey al lado”, según el relato de Cattaneo. En realidad jamás lo abandonaban, solo lo separaban del resto para evitar más contagios, ya que pasados un par de días, un miembro de  la tribu volvía donde habían dejado al enfermo. Montado en su caballo, dando vuelta alrededor del infectado lo miraba desde lejos para ver si estaba muerto o si todavía vivía. En este caso, le renovaba la provisión y así hasta que moría o sanaba.

Cuando algunas personas empezaron a caer de las balsas producto de las altas fiebres, los indígenas de tierra firme que siempre se acercaban a la orilla, fuera por curiosidad o para trabar amistad con los viajantes, desaparecieron. Cattaneo entendió que los aborígenes protegían a los suyos porque "cuando supieron que la peste se había encendido entre nosotros, se internaron en el país y no se mostraron más".

Por lo tanto, sin persona viva a quien recurrir, a mitad de camino de todo y en el centro de la nada, la angustia y el miedo apresaron el alma de estos viajantes. De improviso la peste se manifestó con toda su agresividad y en pocos días había 60 infectados y otros tantos contagiados, elevándose a 114 el número de enfermos en menos de una semana. De tal modo que no pudieron seguir avanzando en las balsas, y se detuvieron para enviar a un individuo sano a la misión para pedir ayuda. Allí, los jesuitas con los elementos que encontraron armaron unas cabañas miserables para proteger a los enfermos de la intemperie. Ya no tenían que comer porque las provisiones que llevaban, que eran galletas y pan, las habían distribuido entre los indígenas.

Hasta ese momento, el padre Cattaneo nunca había administrado la Extremaunción y a partir de ese momento, luego de la misa que todos los días realizaban en un altar portátil, administró 13 Extremas Unciones. Cattaneo, desolado, escribió: “ya no podía más por el gran trabajo que me costaba estar tanto tiempo encorvado hasta el suelo, donde yacían los enfermos, pasar por medio de ellos que estaban amontonados en aquellas cabañas y moverlos para ponerles el óleo santo sin hacerles daño, además del hedor que echaban y el horror que ocasionaba el mirarlos porque no creo que se encuentre enfermedad más asquerosa. Estaban tan contrahechos, que horrorizaba verlos, pues a causa de la gran comezón que la enfermedad produce se desfigura la cara, convirtiéndola en una llaga, de tal modo que no se les distinguía la fisonomía humana. Un día, mientras sacaban un muerto de su cabaña para sepultarlo, al tomarlo por las piernas, empezó a salírsele la piel, que estaba separada de la carne, como si fuesen medias sueltas: lo que da a entender la malignidad de esta enfermedad”.

Muy pocos aborígenes hablaban español y no todos los jesuitas hablaban su lengua, por lo que la comunicación se realizó a través de gestos y palabras que aunque inentendibles para muchos moribundos, los ayudó a partir en paz. Cattaneo en su inagotable compasión no dejó solos ni a blancos ni a indígenas, acompañó a aquellas personas hasta que llegó su último momento, sin desfallecer, sin quejarse, sin miedo a contagiarse. Se quedó allí, simplemente ayudando a morir en paz a las víctimas de la viruela hasta que llegaron los refuerzos.

De aquel grupo de personas que partieron de Buenos Aires para las misiones, los que lograron sobrevivir, finalmente llegaron a sus hogares. Casi raquíticos, desolados por la pérdida de los amigos que nunca más los acompañarían, estaban agradecidos con el piadoso padre Cattaneo que jamás los abandonó, sin sospechar que casi 100 años después, la vacuna antivariólica sería aplicada a todas las personas hasta nuestros días.

Algunas personas sobrevivían a esta infección y quedaban inmunizadas para siempre. De hecho, es común leer en los “avisos clasificados” del Telégrafo Mercantil, (periódico de 1801-1802): se “vende un Negrito como de diez años más o menos, que ha tenido ya viruelas y no tiene enfermedad ninguna”.

Hacia 1805, los desvelos y los años de investigación de Edward Jenner obtuvieron su recompensa: había descubierto la vacuna antivariólica. Este investigador, médico rural y poeta, para demostrar la eficacia de la vacuna, no dudo en aplicarla a su propio hijo de 5 años.  Napoleón Bonaparte viendo los resultados, también en 1805 hizo vacunar a toda su tropa. Pero quienes trajeron a Buenos Aires el material necesario para combatir la peste, fueron dos “negritos” inoculados en el hombro. Gracias a estos dos pequeños héroes, el Virreinato del Río de la Plata quedaría libre de viruela.  La vacuna produjo tanta emoción en el virreinato, que se mandaron a acuñar monedas conmemorativas de este suceso tan extraordinario, y el propio Virrey asistió a las primeras aplicaciones de la inoculación. La varicela estaba controlada para siempre.

Sin embargo, recién en 1950 la Organización Panamericana de la Salud logró erradicar la viruela del continente americano. El último caso de viruela contraído de forma natural se reportó en 1977 en Somalía.  Pero no fue hasta 1980, que los directores del Programa de Erradicación Mundial de la Viruela anunciaron el éxito de la campaña.

Increíblemente, y a pesar de que en 1978 por una mala manipulación del virus en un laboratorio británico, una médica falleció víctima de la infección, todavía se encuentra en debate si destruir o no las últimas cepas del virus.

Ahora ya lo sabés!
Lic. Alicia Di Gaetano

Referencias
Busaniche, José Luis, Lecturas de Historia Argentina, Relatos de Contemporáneos 1527 1870, Buenos Aires, Ediciones Argentinas Solar, 1938.

Levene, Gustavo Gabriel, La Argentina se hizo así, Buenos Aires, Hachete, 1960

2 comentarios:

  1. no es tan increible. Quién asegura que alguien no haya guardado clandestinamente una cepa del virus? destruidas las cepas que se mantienen en la OMS y en Atlanta, cómo fabricamos la vacuna?

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  2. Cierto!!!! en una hipótesis paranoica, si alguien se quedó con una cepa del virus para convertirlo por ejemplo en un arma biológica, se necesitaría el vírus para fabricar la vacuna. Pero te recuerdo que las cepas se toman de la misma persona infectada, por lo que no haría falta guardar el virus "por las dudas", al menos es lo que debate el mundo científico y es el fundamento que esgrimen quienes prefieren destruirlo.
    Gracias por tu aporte!!!!!!!

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