jueves, 19 de abril de 2012

VIENE UN BARQUITO CARGADO DE FARAONES COMO POR EJEMPLO…

Intenté empezar este texto de mil maneras diferentes con tal de evitar el típico inicio al que irremediablemente mi educación académica me empuja cada vez que escribo. Me niego a iniciar el texto diciendo que “en el Egipto antiguo hubo 31 dinastías de faraones.” La realidad es que sí las hubo, el problema es que ese inicio de frase me aburre. Pensé durante la hora que he estado sentada frente a la pc unas diez formas de empezar este post, pero lamentablemente, de alguna u otra manera la frase aburrida termina apareciendo en el primero, segundo o tercer renglón. Por tanto no me quedó otra que contarles así de una, sin miramientos ni, al parecer, creatividad alguna, que en Egipto hubo 31 dinastías y cientos de faraones.
Cuando era chica, era común jugar a un juego que entre mis amigos llamábamos: “Un barquito japonés”. El juego consistía en elegir un tópico como frutas, verduras o cantantes pop y decir “Viene un barquito japonés cargado de cantantes pop como por ejemplo Michael Jackson” y de ahí en adelante todos los jugadores tenían que decir un cantante hasta que uno se equivocara, repitiera uno ya mencionado o no supiera qué decir. Siempre estaba el que se aprovechaba del juego para ganar llevando a los demás a su terreno, entonces el barco de mi primo iba siempre cargado de equipos de futbol de la B de Rusia, con lo que yo salía descalificada en la primera ronda. Pero la venganza llegaba inmediatamente cuando mi barquito llegaba cargado de faraones. Yo sabía ya que el juego podía llegar a aguantar como máximo dos rondas cuando los nombres de faraones ilustres como Cleopatra, Tutankamon, Ramsés y Tutmosis, se agotaran. Entonces ganaba yo nombrando a algún faraón totalmente desconocido con un nombre que parecía inventado y ahí empezaban los problemas. Pero esa es otra historia. En mi defensa puedo decir que nunca inventé ningún nombre de ningún faraón, es que hay cientos para elegir. Si fuera por mí, la ronda podría haber seguido en infinitum. Esta es mi manera de contarles que los 10 u 11 nombres de faraones que conocemos en general son sólo la punta del iceberg, un poco para enmendar lo del inicio aburrido.

Ahora bien, a pesar de que hayan existido todos estos faraones, no se tiene información detallada de todos ellos. De algunos por ejemplo se desconoce su nombre, de otros no se sabe bien en qué años gobernaron y de algunos otros se duda hasta de su existencia. Lamentablemente las fuentes que han llegado a nuestras manos no son del todo completas, por eso a veces nos guiamos sólo por la información que tenemos, que en la mayoría de los casos son sólo interminables listas con nombres de faraones. Y para calmar un poco mi ansiedad déjenme escribirles algunos de estos nombres ignotos: Menes Narmer, Qaa, Intef, Sesostris, Amenemhat y muchos más.

El primero de la lista, de la mínima lista que escribí arriba, no está en ese lugar porque sí, está allí porque Menes Narmer fue nada más y nada menos que el primer faraón de la primera dinastía egipcia. Fue quien dio inicio a esta gran tradición de la antigüedad que fue cuna de algunos de los más importantes monarcas de estos tiempos.

A pesar de ser el primero y por tanto, a mi parecer, de mucha importancia, muy poco se sabe de él, pero este poco que conocemos es suficiente para considerar que es necesario conocerlo y por eso me gustaría en unas pocas líneas presentarles a este personaje desconocido y tal vez que ustedes puedan darle un lugar entre otros nombres famosos que conozcan.

Hoy decidí traerles a Narmer de una manera diferente. Ustedes saben y sino se los comento, que todo lo que escribimos en nuestros posts está basado en bibliografía histórica y ésta por supuesto ha sido escrita por historiadores que se han basado en fuentes. ¿Qué son las fuentes? Son aquellos registros que ha dejado el hombre a lo largo de su existencia y que hoy nos ayudan a reconstruir la Historia. Las fuentes pueden ser muchas cosas: libros, cartas, documentos, publicaciones, discursos, relatos, hallazgos arqueológicos, entre una gran cantidad de cosas. Podemos reconstruir una parte de la historia leyendo cartas de amor u observando unas diminutas puntas de flecha. Todo habla del pasado. Por eso se me ocurrió que sería interesante analizar con ustedes una fuente, aquella que nos habla de Menes Narmer y gracias a la cual conocemos quién fue este hombre. No se asusten, no les voy a hacer leer un documento de 10 páginas, creo que esta fuente les va a gustar mucho.

Egipto no nació así de la nada, no es que un día apareció un faraón y de pronto la civilización egipcia se convirtió en lo que fue. Hay una historia detrás. Se las resumo MUY BREVEMENTE. Primero hubo asentamientos en las costas del Nilo, obviamente por la cercanía del agua y porque con las inundaciones del río las riveras se convertían en terrenos ricos para cultivar. Poco a poco se comenzaron a distinguir las “clases” sociales, apareció un jefe, los sacerdotes, los agricultores. Con el tiempo los caudillos más fuertes fueron unificando diferentes poblados hasta que el Sur, lo que llamamos curiosamente el Alto Egipto, tuvo un solo rey. Uno de estos fue Narmer. Y este rey fue más lejos, Menes Narmer conquistó el norte, lo que se conoce como el Bajo Egipto, fundó la primera Dinastía y de allí en adelante se dio la historia del Antiguo Egipto. ¿Cómo sabemos esto?

Esta es la PALETA DE NARMER. Data del año 3200 a. C. fecha en la que se cree que Menes Narmer conquistó el Bajo Egipto (el Norte) unificando todo el territorio egipcio. Como ven, marqué en color algunos números para que podamos analizar la fuente juntos. Esta es una paleta ceremonial, es una réplica de lo que eran las paletas que usaban las mujeres egipcias para poner los ungüentos para maquillarse, como nuestra paleta de sombras. Sin embargo esta es ceremonial y por tanto es de grandes dimensiones. Lo que vemos son las dos caras de la misma obra y todos esos dibujos simpáticos, típicos egipcios, son nada más y nada menos que la prueba de un evento de gran importancia en nuestra historia, el nacimiento de la civilización faraónica.

En la primera cara de la paleta vemos lo que llama el serej (1), un dibujo de forma cuadrangular que está también en la otra cara. Dentro del serej hay unos jeroglíficos, allí dice Nar Mer, el nombre del faraón. En el centro, ocupando toda la escena está Menes (Narmer) (2) y lleva ya las insignias que van a ser típicas de todas las representaciones de los futuros faraones: la corona, la maza, barba postiza y la cola de toro. La corona que vemos (3) es la corona blanca del Alto Egipto, de donde provenía Narmer. El faraón está en pose de ataque con la maza en una mano como si estuviera por castigar al enemigo que sostiene con la otra. Este enemigo (4) tiene barba y cabello largo, características que se atribuían a los hombres del norte, o a los extranjeros o a los libios y asiáticos. Se cree que con esta represtenación se quiere mostrar al faraón castigando a sus enemigos del norte, a quienes considera extranjeros, durante la conquista. Lo mismo sucede con Horus, el halcón (5), dios que representa al faraón y que vemos que está sosteniendo a un hombre de la nariz. Este hombre tiene en su espalda unas plantas de papiro, típicas del delta del Nilo, que sería otra demostración de que el enemigo derrotado es del norte. En la escena de abajo (6) de nuevo aparecen enemigos derrotados con cabellos largos y barbas. En esta cara de la paleta por tanto vemos la celebración de la conquista por parte de Narmer, rey del sur, sobre los territorios del Norte.

En el reverso, como dije antes, aparece de nuevo en el serej (1) el nombre del faraón, por lo cual podemos decir que el personaje de esta cara de la paleta es también Narmer. Con el número 2 lo encontramos a él, pero si observan bien pueden ver que la corona es diferente, esta vez lleva la corona roja del Alto Egipto. De ahora en adelante todos los faraones portarán la doble corona que seguramente todos habrán visto alguna vez, 

la blanca más la roja, que significa que esta persona gobierna sobre todo el territorio egipcio. En esta paleta es la primera vez que se representa a un faraón portando las dos coronas, ESTO ES FUNDAMENTAL. El Norte ya ha sido conquistado y allí yacen todos sus enemigos decapitados (3) y Narmer se dirige a observar la escena. En el cuerpo central (4) vemos a dos enormes animales mitológicos que entrelazan sus cuellos cosa que podría significar la unión del Norte y del Sur y en el centro (5) en forma circular y cóncava es donde habrían ido los ungüentos que les mencioné anteriormente.
Gracias a esta Paleta, que no es más que un descubrimiento arqueológico, podemos reproducir cómo nació la historia faraónica de Egipto. Por primera vez un hombre porta las dos coronas y gobierna sobre todo Egipto. Por supuesto que este análisis es mucho más profundo pero me pareció interesante mostrarles en pocas líneas cómo, gracias a un objeto que podría pasar inadvertido, podemos escribir una página de la historia. 
 ¡AHORA YA LO SABES!
Lic. Diana Fubini
 Bibliografía
Pardó, Josep, Historia del Egipto faraónico, Madrid, Editorial Alianza, 1999
Bravo, Gonzalo, Historia del mundo antiguo: Una introducción crítica, Madrid, Editorial Alianza, 1998

2 comentarios:

  1. Buenísimo post! Muchas gracias!

    Facundo

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    1. Gracias Facundo por comentar y por estar siempre atento en el facebook! Nos pone muy contentas!

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