“Adolf Eichmann fue
el cerebro de la Solución Final.” Esta es la frase que se lee en todos los
textos que hablan sobre este personaje. Para quienes no sepan quien fue Adolf
Eichmann y qué fue la Solución Final voy a usar las palabras de Dieter
Wisliceny, un militar nazi, durante su interrogatorio para explicarles:
3 de enero de 1946
Bratislava – Checoslovaquia
Juicios de Nuremberg
- ¿Preguntó Usted
algo sobre qué significaban las palabras “solución final” utilizadas en la
orden?
- Wisliceny: Eichmann procedió a explicarme el
significado del concepto. Dijo que se ocultaba la destrucción biológica planificada de la raza judía en los
Territorios Orientales bajo el concepto y el término de Solución Final. […]
Eichmann me dijo que se le encargó a él
personalmente la ejecución de esta orden.
- ¿Recibió usted
alguna información del total de judíos asesinados en este programa?
- W: Eichmann hablaba siempre personalmente de al menos
4 millones de judíos. A veces incluso mencionó la cifra de 5 millones.
- Dijo algo en aquel
momento del número de judíos que habían sido asesinados?
- W: Sí, lo dijo de una forma especialmente cínica.
Dijo que “saltaría de alegría dentro de su tumba, porque la sensación de que
tenía 5 millones de personas en su conciencia sería para él una fuente de
satisfacción extraordinaria”
Este era Adolf
Eichmann según las palabras de un militar de las SS que trabajó bajo sus
órdenes y que finalizada la guerra fue capturado y juzgado en los Juicios de
Nuremberg.
¿Qué hacía Eichmann mientras
Wisliceny testificaba sobre su participación en el Holocausto? HUÍA.
Aparentemente
Eichmann bien sabía lo que le esperaba si llegaba a ser capturado por las
tropas aliadas cuando terminó la Segunda Guerra Mundial. Los ejércitos
americano y soviético habían ido liberando los territorios ocupados por los
alemanes y apresando a los soldados nazi en su camino. Antes de que esto le
sucediera a él, Eichmann destruyó sus fotografías y todos los documentos incriminatorios
y huyó. Sin embargo fue apresado por tropas americanas, pero utilizando un
nombre falso y con ayuda de otros alemanes escapó. Vivió refugiado en Austria
durante un tiempo, luego fue a Italia donde gracias al Vaticano consiguió una
identidad falsa y con la ayuda de una agrupación de ex nazis en Argentina se
embarcó en el “Giovanna C” el 14 de julio de 1950. Llegó a Buenos Aires en
agosto e inmediatamente consiguió trabajo en una fábrica alemana llamada CAPRI
que lo trasladó a Tucumán. La policía de esa provincia lo proveyó de un
documento con el nombre de Riccardo Klement, y así se convirtió en un supuesto
italiano con orígenes alemanes. Tiempo después la empresa CAPRI se desmanteló y
Eichmann o Klement volvió a Buenos Aires donde vivió hasta 1960.
¿Qué pasó durante
todo este tiempo?
Como dije, terminó la
Guerra e inició al juzgamiento a los criminales de guerra nazi en los conocidos
Juicios de Nuremberg. Una corte militar internacional conformada por las
naciones vencedoras juzgó a los altos mandos del partido nazi entre ellos:
Donitz, Hess, Goering, Rosenberg, Von Ribbentrop y Franz Von Papen. Notarán que
faltan aquí algunos nombres lamentablemente famosos como el de Adolf Hitler,
Joseph Goebbles o Heinrich Himmler que cobardemente se habían quitado la vida
cuando Alemania se acercaba a su derrota total.
Durante los Juicios
de Nuremberg los testigos fueron destramando los más atroces secretos detrás de
la guerra y así se supo de la Solución Final. El mundo se enteró de que la
Alemania nazi había planificado la destrucción física y total de todos los
judíos de Europa y no sólo eso sino que la había puesto en marcha creando una
monstruosa maquinaria de la muerte totalmente organizada que incluía guetos,
traslados, cámaras de gas y crematorios. Se supo que 6 millones de judíos
habían perdido la vida durante la guerra. Y se conocieron también los nombres
de aquellos hombres que habían organizado o participado de esta matanza. Entre
ellos, además de los que ya mencioné, estaban Martin Bormann, el médico Josef
Mengele y Adolf Eichmann.
Pero estos no estaban
muertos, estaban prófugos, pero ¿dónde?
En 1948 se creó el
Estado de Israel y con él la Mossad, la Agencia de Inteligencia Internacional
Israelita, que puso manos a la obra para capturar a los nazis que habían huido.
En la lista estaba obviamente Adolf Eichmann.
El primer problema
para localizarlo era conseguir una foto suya. Es importante que nos ubiquemos
en espacio y tiempo, en los que no había redes sociales, ni cámaras digitales,
ni Internet, por tanto, para conocer la imagen de un individuo se necesitaba
una foto, en formato papel, sí, ¡papel! Por más básico que nos parezca hoy, la
investigación no podía iniciar si no se conocía la cara de la persona que se
buscaba.
Con el tiempo lograron
ubicar a una ex amante de Eichmann y uno de los investigadores la contactó
haciéndose pasar por amigo del ex nazi y tiempo después aquel relató que un día
la mujer le mostró una foto de Eichmann y le dijo: “Este es mi Adolf”. El
investigador no dudó en quitar la foto y llevársela. Así la investigación pudo seguir.
Tiempo después llegó
a las oficinas de la Mossad una carta que decía “He visto a ese miserable, Adolf Eichmann. Vive en las cercanías de
Buenos Aires […]” y así, como habían hecho en otras oportunidades,
decidieron seguir la pista y ver si era real.
¿Cómo había llegado
esa carta? ¿Era posible que hubieran reconocido a Eichmann? Por ese entonces ya
no quedaba rastro del miembro de la SS sino que era un simple obrero de la
Mercedes Benz que vivía en un barrio muy humilde del Partido de San Fernando en
Buenos Aires. “Riccardo Klement” vivía con su mujer, Verónica Lliebl y sus
cuatro hijos que habían venido desde Austria en 1950 (Nota: el hijo más pequeño
nació en Buenos Aires). Sin embargo, utilizando un viejo dicho, las mentiras
tienen patas cortas.
Lothar Hermann era un
judío alemán ciego que había sobrevivido a uno de los campos de exterminio y
vivía en Buenos Aires. Su hija salía con un muchacho llamado Nicholas, de
apellido Eichmann, que vivía con su “tío”, Riccardo Klement. ¿Leen algo sospechoso?
Aparentemente Nicholas
tenía los mismos ideales genocidas que su padre y no evitó mencionar a su amiga
que los nazis tendrían que haber terminado lo que habían iniciado con los
judíos. Hermann ató cabos entre el comentario y el apellido que le sonaba por
demás conocido y se comunicó directamente con Israel.
Las investigaciones
llevaron a los miembros de la Mossad a una casa sobre la calle Garibaldi en la
Provincia de Buenos Aires que estaba a nombre de una tal Verónica Lliebl de
Fichmann. Obviamente ese era el nombre de la mujer de Eichmann y si a la F de
Fichmann le agregamos el palito de abajo (cito palabras textuales de uno de los
investigadores) se convierte en nada más y nada menos que en Eichmann. La casa
fue vigilada durante días desde una camioneta (más bien nosotros diríamos una
“chata”) y finalmente lograron visualizar a la mujer, a los cuatro hijos y a un
hombre que coincidía con la descripción de Eichmann (hago hincapié en que los
medios de comunicación eran otros y no podían chequear en el celular la última
foto del criminal en la web). Ese día un mensaje en clave llegó a las oficinas
centrales de la Mossad: “El conductor es rojo”: habían hallado a Adolf
Eichmann.
Lo habían encontrado.
¿Y ahora? La idea era llevarlo a Israel para juzgarlo según la “Ley de Castigo
a los nazis y sus colaboradores” dictada en 1950 por el Parlamento Israelí. Sin
embargo había un problema no menor. Eichmann había sido hallado en otro país y como
bien sabemos, en estos casos es necesario pedir la extradición. Pero la Mossad
no estaba dispuesta a esperar, no iban a perder más tiempo. Por esto el Primer
Ministro israelí, Ben Gurion, necesitaba que le dieran una razón para realizar
la captura clandestinamente. Al rescate llegó el consejero del gobierno, Haim
Cohn, que dijo: “La naturaleza sin precedentes del crimen hace que el
procedimiento legal internacional sea prácticamente imposible. Hay que llevar a
Eichmann por la fuerza a Israel para que sea juzgado”. El justificativo era
legalmente endeble pero de este se valieron para llevar a cabo su captura. Como
los crímenes perpetrados por Eichmann no tenían precedente alguno en la
historia, decía Cohen, entonces Israel no se manejaría con las normas
internacionales, por el contrario actuaría por motus propio.
Se realizó entonces
un despliegue de espionaje organizado hasta el último detalle.
El 11 de mayo de
1960, Riccardo Klement o Adolf Eichmann volvía como todos los días a su casa
cerca de las 20 horas. Se bajó del colectivo 203, caminó una cuadra y un hombre
se le acercó y le dijo en un español dudoso: “Un momentito señor”. Segundos
después se halló amordazado y cubierto por una manta en el asiento trasero de
un auto. Se lo escuchó decir en alemán: “Ya me he resignado a mi suerte”.
Estuvo escondido durante unos días en una casa y luego fue trasladado
clandestinamente a Israel.
El 23 de mayo de 1960
Ben Gurion anunciaba al mundo su captura, con lo que iniciaron obviamente las
disputas diplomáticas con Argentina por su secuestro.
El 11 de abril de
1961 inició el juicio. Era el primer
nazi juzgado por judíos en territorio israelí.
Los alegatos de la
defensa fueron: 1) Que los jueces israelíes no eran imparciales sino que se
guiaban por el prejuicio; 2) Que el juicio era ilegítimo porque Eichmann había
sido secuestrado y llevado a Israel en contra de su voluntad; 3) Que la ley
bajo la que se lo juzgaba era inaplicable porque era posterior al Holocausto;
4) Que el juicio no debía realizarse en Israel porque los crímenes habían
sucedido en otro país; 5) Que Eichmann no había actuado por propia voluntad
sino que siguiendo órdenes. TODOS LOS ALEGATOS FUERON RECHAZADOS POR LOS JUECES
Entre las cosas que
declaró Eichmann, dijo: “No perseguí a los judíos con avidez ni con placer. Fue
el gobierno quien lo hizo. La persecución […] sólo podía decidirla un gobierno,
pero en ningún caso yo. Acuso a los gobernantes de haber abusado de mi
obediencia”
Si bien en Israel no
existía la pena de muerte, estaba la excepción para los criminales nazis.
El 31 de mayo de 1962
Adolf Eichmann fue ahorcado. Sus últimas palabras fueron: “Larga vida a Alemania, larga vida a Austria, larga vida a Argentina.
Estos son los países con los que me identifico y nunca los voy a olvidar. Tuve
que obedecer las reglas de la guerra y las de mi bandera. Estoy listo.”
Su cuerpo fue
incinerado y sobrevivientes del Holocausto tiraron sus cenizas al mar fuera de
las aguas territoriales israelitas para que no se pudiera jamás erigir algún
tipo de monumento conmemorativo en su honor.
Lic. Diana Fubini
Bibliografía
-
Zylberman Abraham, Adolf Eichmann. Él vivió entre
nosotros, Buenos Aires, Museo del Holocausto, 2011
-
El “proceso Eichmann” en Revista Nuestra Memoria, Lic. Sima Milmaine
[dir], Buenos Aires, Museo del Holocausto, Año XVI, Nº33, Abril 2010, Pag.
99-116
- “El Caso Eichmann” en Revista Todo
es Historia, Félix Luna [dir], Buenos Aires, Nº 116, Enero de 1977, Pag.
6-20
Muy buen trabajo licenciada Diana. Muy bien narrado. Mi familia es oriunda de San Fernando; mi infancia y adolescencia transcurrieron allí y siempre se hablaba de la captura de Eichmann cuya casa de la calle Garibaldi, en el barrio de Bancalari, se convirtió en centro de peregrinación de curiosos y aunque usted no lo crea, de turistas extranjeros que contrataban charters para ir a visitarla, especialmente israelies, norteamericanos e ingleses. Por eso y por los insistentes pedidos de productores cinematograficos siempre deseosos de filmar alli, la familia cansada, demolió la casa en el 2001 y construyó un galpón/depósito en su lugar. El empresario propietario del corralon El Lider (llamado así por Peron, no por Hitler) intentó comprar la propiedad pero no llegó a tiempo. Una lastima porque se perdio asi un centro de atraccion turistica conocido a nivel mundial. Los argentinos nunca supimos sacar provecho de esas cosas. Cuando uno pasaba por la ruta 202, veia a una cuadra, sobre una calle todavia de tierra, la casa de los Eichmann (luego otras edificaciones la taparon) y aunque le cueste creerlo, uno de los hijos, colgaba la bandera argentina junto a la nazi los dias 25 de Mayo, 9 de Julio y en fechas patrias del nazismo. En los años setenta productores anglonorteamericanos rodaron la película La Casa de la Calle Garibaldi, bastante ajustada a la realidad. Hubo una produccion estadounidense anterior donde el Tigre quedaba en la zona sur del Gran Buenos Aires y estaba rodeado de montañas y luego Robert Duval hizo otra pelicula no muy buena. Aparte se rodaron varias documentales.
ResponderEliminarLos descendientes de Eichmann siguen viviendo en la zona salvo Ricardo, el unico de sus hijos argentino, que es un gran arqueólogo en Alemaia.
Espero que siga adelante con sus interesantes trabajos. La pagina esta cada vez mejor.
Alberto
Hola Alberto! Muchas gracias por comentar, siempre tiene palabras agradables para nuestros posts y sobretodo en este es muy interesante todo lo que me cuenta relacionado con el tema, es lo que busco cada vez que escribo, que los lectores puedan enseñarme o contarme cosas que yo no se o no he leído. Por supuesto que como no puedo con mi curiosidad ahora mismo iré a buscar esas películas y documentales, espero encontrarlos!
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo por su comentario.
The Best Bitcoin Casino Sites for Real Money 2021 - Casino
ResponderEliminarThe Best Bitcoin Casino Sites · 1. Bitstarz Casino: Excellent 카지노 odds for large stakes slots and tables febcasino · 2. Cafe Casino: 인카지노 Huge range of games and live dealers.