jueves, 19 de enero de 2012

Las brujas no existen ... pero que las hay las hay

El pensamiento mágico y la creencia de que algunas personas tales como los chamanes, curanderos, brujas e incluso santos tendrían poderes sobrenaturales estuvieron siempre presentes en la humanidad. La Edad Media, heredera de las supersticiones de los pueblos francos, germanos, celtas y de aquellos que invadieron el Imperio Romano, como godos y ostrogodos entre otros, se ha caracterizado por entender a lo sobrenatural como natural. Por eso, no era raro intentar curar una enfermedad bebiendo el polvo de la tumba de un santo diluido en agua o clavar agujas en muñecos de cera para que alguien muriera. Incluso eran comunes las prácticas como la que tuvo lugar hacia mediados del siglo XI, en Fleury (sur de Francia) donde una epidemia hizo que las reliquias (restos humanos u objetos de Santos) pertenecientes a San Benito y a San Mauro fueran expuestas en la plaza frente al castillo. En este caso se derramó vino sobre el relicario y una multitud se abalanzó para beber lo que se denominaba “vinaje”. Estos ejemplos y los que a continuación relato, son unos pocos de la “evolución” de las supersticiones medievales. Impotente, la Iglesia a pesar de sus esfuerzos para poder desterrarlas se valió también de la Santa Inquisición como muy brevemente veremos:


Los encantamientos y hechizos eran efectuados por una “bruja profesional” o por un cristiano declarado, ya sea para hacer el bien o el mal o para curar o matar, siendo estas prácticas comunes en todos los pueblos medievales. Por ejemplo, en 1398, el obispo Jean de Bar “admitió haberse untado con sangre de abubilla, de macho cabrío y de paloma” y ponerse encima sus pieles para mantener contacto con los espíritus. Ya en el siglo VI, Isidoro de Sevilla decía que los magos y los hechiceros “usan la sangre de sus víctimas y, a menudo, entran en contacto con los cuerpos de los muertos”, se suponía que tenían poder para despertar a los espíritus mediante la utilización de imágenes y hierbas, según lo determinara del diablo.

A las brujas se las acusaba de firmar pactos con el diablo con su propia sangre, no sólo para producir tempestades y arruinar las cosechas, sino también para volar sobre escobas a lugares distantes y pasar la noche dedicadas a diabólicas lujurias y a monstruosas mofas. No resulta claro si la religión que sobrevivió como culto de las brujas era la de los druidas o si pertenecía a un estrato aún más primitivo, de todos modos el cristianismo las señaló como diabólicas y tardó siglos en desterrarlas.

La brujería a menudo estaba asociada con la sexualidad, algunos hechizos para conquistar el corazón de un hombre prescribían a las mujeres preparar el pan amasado sobre su espalda desnuda o mezclar la sangre de su menstruación con la comida y dársela al amante. Otros maleficios y pociones se preparaban con “huesos de muertos, cenizas y carbones, cabellos y pelos provenientes de órganos genitales de hombres y mujeres, hierbas diversas, caparazones de caracol y fragmentos de serpientes”. Muchos de estos hechizos se realizaban para provocar impotencia y esterilidad y siempre se invocaba a los malos espíritus. Las víctimas sólo podían curarse mediante un exorcismo.

El Concilio de Orleáns II en el 533 indicaba la exclusión de la Iglesia de aquellos que realizaban tales prácticas y el Sínodo de Nantes en el año 658 obligaba a destruir los templos paganos ya que en esos sitios se “degollaban gran cantidad de animales para ofrecerlos en sacrificio a los demonios”. En el año 690, Teodoro de Canterbury legisló contra quienes ofrecían sacrificios a los demonios, destruían a otras personas mediante hechizos o usaban adivinaciones diabólicas. Egberto de Cork decretó en 766 ayuno para toda mujer que practicara el arte mágica, la brujería y los hechizos malignos. Hacia el año 901, se legisló que las wiccan (brujas) y los adivinos, hechiceros y adúlteros debían ser expulsados del país. En 959, se ordenó “que todo sacerdote promueva con celo el cristianismo, y prohíba el culto de pozos, las necromancias, adivinaciones y encantamientos”. También Guillermo el Conquistador y Enrique I redactaron leyes contra la hechicería, la brujería y el envenenamiento. Estos delitos eran juzgados por tribunales canónigos. Los concilios eclesiásticos distinguían entre magia y adivinación; y consideraban a la brujería como una magia malintencionada, porque las brujas invocaban a los muertos, a los espíritus malignos y al demonio.

Hacia el siglo XII, comenzaron las manifestaciones contra el poder de la Iglesia y las vidas impías de muchos de sus dirigentes. De esta forma se constituyeron sectas como los Cataros (puros) y los discípulos de Waldo (valdenses). Calificados de herejes, los cataros fueron acusados de besar a Satanás en forma de gato, de volar a sus reuniones montados en escobas ungidos con aceite, de elevar cánticos al diablo, de atrapar y quemar niños y de beber pócimas hechas con sus cadáveres. Para terminar con estas herejías, la Iglesia tomó medidas activas y en el siglo XIII creó la Santa Inquisición, que contaba con sus propios tribunales, policías, espías y delatores y realizaba todo tipo de torturas para lograr la confesión de sus víctimas.

En el siglo XIV la Inquisición fue la herramienta autorizada para acusar a los judíos de devorar niños no bautizados en sus sinagogas y así provocar la llamada Peste Negra. También fue la Santa Inquisición un instrumento útil para Felipe el Hermoso de Francia quien en el mismo siglo, celoso del poderío, riqueza y privilegio de la Orden de los Caballeros Templarios, los acusó de negar las doctrinas cristianas. También les atribuyó: rendir pleitesía a Satanás, adorar a un ídolo llamado Baphomet,  escupir sobre la Cruz, besar a sus superiores en lugares indecorosos, asar niños y cometer toda clase de horrores que fueron confesados mediante tortura. Una vez eliminados los Cataros, los Valdenses, los judíos y los Templarios, la atención de la Inquisición se dirigió con más fuerza hacia la brujería.

En el siglo XV fue promulgada la bula de Inocencio VII por la que la Iglesia elaboró códigos para enjuiciar a la brujería como una herejía. Las mujeres se convirtieron en blanco de la persecución de la Iglesia porque se las consideraba más permeables al diablo. Los inquisidores alemanes confeccionaron el Malleus Maleficarum o Martillo de las Brujas, donde con mucha imaginación se describían hechizos, pactos, sacrificios y relaciones sexuales tanto con el Diablo como con íncubos y súcubos (demonios machos y hembras).  Incluso se especificaban las transformaciones de las brujas en lobos, vampiros, etc. En esta época la figura del demonio tomó mayor dimensión haciéndose las descripciones más inverosímiles de su figura, al igual que de aquellas personas a las que “poseía”.

Algunos historiadores, cuya opinión comparto, observaron en esta persecución una “lucha por el poder entre el mundo laico y el mundo eclesiástico” donde no hubo ganadores ya que las creencias supersticiosas jamás fueron desterradas. De hecho hoy en pleno siglo XXI, muchas personas aún siguen jugando al tablero ouija, consultan a “videntes” e incluso utilizan para conocer su futuro una herramienta tan racional como Internet.

Ahora ya lo sabés.
Lic. Alicia Di Gaetano.

Referencias

Le Goff, Jacques [comp.] Herejías y sociedades en la Europa preindustrial, siglos XI-XVIII, España, Siglo XXI, 1987

Parrinder, Geoffrey, La Brujería, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1965

Verdón, Jean, Las supersticiones en la Edad Media, Buenos Aires, El Ateneo, 2009



6 comentarios:

  1. Muy bueno! Los post, ideales para distenderse un poco y aprender muchisimo con tan solo un par de minutos de lectura.

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    1. Muchas gracias Franco por comentar!!!! Esperamos seguir contándote entre nuestros lectores

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  2. Muy bueno el post, espero ansiosamente el proximo!

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    1. Nos alegramos de que te haya gustado y por supuesto, te esperamos el jueves para contarte otra breve historia.

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  3. Tendremos alguna brujita cerca? Brrrr
    Muy bueno!

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    1. Melicabe, quizá tenemos cerca más brujitas de las que creemos, pero de las "buenas" jajaja. Gracias por comentar!!!!

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